"Ser expectador es mi propósito en la vida"... vaya forma de protagonizar esta novela llamada existencia. Vivir, es la causa del razonamiento de la conciencia del presente como la mínima parte del segundo, el pasado descontrolado y el futuro incierto. Por lo tanto, desperdiciar o malbaratar los sentimientos se convierte en usar el amor, en tratar de convencerte a ti mismo qué es aquel sobrante para dar, repartir y recibir.
Pero, ¿realmente crees dar lo suficiente y llenar el vacío que por años tratas indiscutiblemente de esperar y gozar? Yo creo que no, el tener claro qué es realmente lo que se quiere se convierte en la contraparte de lo que no se desea. Sin pensar buscamos el reflejo de lo que somos, para darmos cuenta quiénes somos realmente, no necesitamos o no queremos ver nuestra esencia real, sino mirarla a través de otra.
He comprendido que el quererse a sí mismo, no es querer al otro, sino es humillarlo, tirarlo, pisotearlo, devorarlo. Porque si fuera lo contrario, entonces sí se legitima el amar su propia persona, veo en la otra lo que soy, por lo tanto me quiero a mí mismo. Paradójico, pero cierto.
1 comentario:
aHHHHH pRESta para estar igual !! me hago pelotas !!
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